Activación de semillas y frutos secos.

¿Qué es la activación de semillas y frutos secos?

Por un mecanismo de supervivencia de la naturaleza, las semillas están recubiertas por un inhibidor enzimático o antinutriente (ácido fítico y taninos) que las protege de los depredadores. Estos inhibidores enzimáticos hacen que la semilla no se active ni tampoco se digiera por ningún sistema digestivo hasta que no encuentre las condiciones idóneas para desarrollarse y reproducirse.

Sin la activación enzimática, la semilla no puede germinar ni tampoco puede ser digerida por nuestro sistema digestivo, por lo tanto, no podemos aprovechar sus nutrientes. Por eso es común sentirse con digestiones pesadas después de comer frutos secos sin activar.

Para que las semillas se despierten y activen sus enzimas, necesitan estar en contacto con agua durante un tiempo determinado, que varía en cada semilla, dependiendo de su capacidad de absorción.

Así pues, cuando hablamos de semillas activadas, significa, que han sido remojadas en agua filtrada, de buena calidad, durante un tiempo determinado.

Hay algunos frutos secos, que después de separarlos de su cáscara, no los protege ningún inhibidor enzimático. Es el caso de la avellana, los piñones, los pistachos, la nuez de Brasil y la nuez de Macadamia.

¿Qué tiempo de remojo/activación necesita cada semilla?

Semilla Tiempo de activación
Almendras 8-12 horas
Anacardos 2 horas
Arroz 9 horas
Azuki 8 horas
Trigo 7 horas
Maíz 12 horas
Cáñamo no necesita
Garbanzos 12 horas
Avena 8 horas
Fenogreco 8 horas
Girasol 2 horas
Trigo Sarraceno 15-20 minutos
Kamut 7 horas
Semilla de calabaza 8 horas
Lentejas 8 horas
Lino 8 horas
Macadamia no necesita
Mijo 8 horas
Judía mungo 24 horas
Nueces 4 horas
Nueces de Brasil no necesita
Nueces de pecan 4-6 horas
Guisante 8-12 horas
Piñones no necesita
Pistachos no necesita
Quinoa 2 horas
Centeno – Espelta 8 horas
Sésamo 8 horas
Semilla de alfalfa 8 horas
Cebada 6-8 horas

Proceso para la activación de las semillas

  1. Para activar la semilla, primero lávala bien con agua filtrada, en un colador, hasta que el agua salga limpia por debajo.
  2. Pon las semillas en un bol o recipiente cubriéndolas, como mínimo, con el doble de su parte de agua. Por ejemplo, si quieres activar una taza de semillas, las cubrirás con dos o tres tazas de agua filtrada. Piensa, por ejemplo, que la linaza absorbe mucha agua y que necesitarás varias partes de agua por cada parte de linaza. Lo mismo ocurre con los garbanzos, las almendras y las pipas.
  3. Las dejamos activándose durante el tiempo correspondiente según la tabla anterior.
  4. Una vez activadas, las colamos y desde el colador, las enjuagamos debajo del grifo de agua filtrada, hasta que el agua salga limpia.

Ahora ya las tenemos listas para:

  • Germinarlas.
  • Comerlas.
  • Procesarlas para la elaboración de recetas: leches vegetales, quesos, hamburguesas, pasteles, galletas, etc.
  • Deshidratarlas para poderlas almacenar de forma segura y tenerlas siempre a punto para comerlas secas y activadas, digeriéndolas bien y absorbiendo sus nutrientes.